Por DiMaggio Abreu
A 69 años de la apertura del hoy llamado Estadio Quisqueya Juan Marichal, 23 de octubre de 1955, nadie parece tener una explicación acabada, fiable, del por qué o cómo el Escogido Baseball Club se asentó en el flanco derecho de la legendaria instalación beisbolera del ensanche La Fe. Sin duda que la hay y aquí la revelamos.
Es una cuestión que no debiera tener mayor connotación más allá del hecho de, que en la mayoría o en todos los estadios para béisbol, el equipo local ocupa el clubhouse de la banda derecha.
Este caso ha llevado a muchos rivales de la otra franquicia con sede en el Quisqueya, el Club Atlético Licey, a intentar mofarse o hacerle bulo como forma de restar méritos a su condición de conjunto más ganador del béisbol otoño invernal y de la Serie del Caribe, profiriendo a los seguidores de los Tigres que “ni estadio tienen”.
Raffy Cruz, personaje al que el legendario Johnny Ventura hizo referencia en numerosos temas de su repertorio musical, explicó cómo el Escogido “se adueñó” del lado diestro sin que mediara una orden, mandato, sugerencia o imposición de alguien.
“Y si prohíbe que beba/A mi amigo Raffy Cruz/Eso provoca señores/Tremendo rebú”, cantó el Caballo Ventura en una primera versión del merengue navideño “Ley seca” a su amigo y hermano de los músicos del Combo Show “Pablito Barriga” (güira) y Ramoncito el de la Pipa” (tambora) y Luis (Chulungo) Cruz (timbal).
Miembro de la Asociación de Cronistas Deportivos de Santo Domingo (ACD), el amigo Cruz nos cuenta que durante el torneo de 1952 (verano) en el estadio de La Normal, interactuaba con los jugadores de su equipo favorito, el Escogido y le hacía mandados. El manager rojo de ese año, el cubano “Pollo” Rodríguez, le preguntó si quería trabajar para el equipo. “Te vas a encargar del manejo de las pelotas”, le indicó Rodríguez ante el inmediato sí del muchacho que contaba con 15 años.
El Escogido tenía una oficina en el tercer nivel del edificio Diamond en la calle Manuel María Castillo, casi con calle 30 de Marzo. El director de la oficina roja, Salvador Bernardino, le preguntó a “Pan de Maíz” (Bienvenido Ramírez, receptor de prácticas de los Leones) por “el Morenito” del play, para que fuera a la oficina.
Cuando el nuevo Estadio Trujillo estuvo para recibir al Licey y Escogigo y estando Raffy en la oficina, llamó por teléfono el presidente del equipo, Francisco (Paco) Martínez Alba, cuñado del dictador Rafael Leónidas Trujillo. Ante la ausencia de Bernardino allí, Cruz tomó la llamada y el mandamás rojo le anunció que enviaría una guagua para que hiciera la mudanza.
Refiere Raffy (87 años), que Paco Martínez fungía como administrador de la Fábrica de Cementos Colón y envió una guagua Station de esa empresa, en la cual cargó un escritorio, un archivo, varias sillas e implementos para el juego de pelota, que era cuanto tenía en la pequeña oficina.
Asegura Cruz que, concluido el Estadio Trujillo se dispuso que el acceso en vehículos fuera solo por la calle Pepillo Salcedo (frente al hipódromo Perla Antillana, hoy Plaza de la Salud) y la salida por la avenida San Cristóbal.
Bajo tal premisa, al arribar Cruz al novedoso recinto con el cargamento, lo depositó donde más cercano le resultó. Cuando Bernardino le preguntó la razón por la cual instaló la carga del lado derecho, la respuesta fue la más lógica: “Porque fue el primer espacio vacío que encontré”.
“Está bien”, le contestó Bernardino, porque es el flanco que habría elegido, el mismo que tuvo en La Normal, el cual era el preferido del Licey y que Cruz entiende le correspondía, por ser el primer equipo de pelota de la Capital.
Así, los Tigres del Licey tuvieron que conformarse con instalarse del lado izquierdo del vetusto parque, de lo cual parece, no tener arrepentimiento alguno. La historia de los logros obtenidos recostado allí habla por sí sola.–
DiMaggio Abreu
Premio Nacional de Literatura Deportiva 2007, RD
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