Por DiMaggio Abreu
El fútbol de la República Dominicana ha estado ganando envergadura competitiva en casi todos los órdenes incluida la selección absoluta masculina, que recién logró dos hitos sin precedentes como con la clasificación a la Copa de Oro y a la Liga A de la Concacaf.
Pero de tal crecimiento ha estado marginado el público y el entorno futbolero del Gran Santo Domingo, dado que, durante unas dos décadas San Cristóbal y ahora Santiago con su hermoso estadio del Cibao FC, han acaparado la sede de los partidos internacionales de la selección merenguera.
Ninguna selección de un deporte de masas en una nación pequeña como la nuestra logra el fervor masivo de público sin que se sienta identificado el de la mayor metrópolis y principal centro económico del país.
Huelga decir, que la falta de protagonismo de la Capital de partidos y torneos que envuelven las selecciones de fútbol (hombres y mujeres) se debe al estado de deterioro que alcanzó la cancha del hoy Estadio Olímpico Félix Sánchez, a poco tiempo de la celebración de los Juegos Panamericanos Santo Domingo 2003.
La falta de gerencia de las entonces autoridades del fútbol y quién sabe si aunado a un denodado interés particular de convertir el Estadio Panamericano en el centro del fútbol nacional, se cuecen como las razones que llevaron al descuido del campo por excelencia del fútbol nacional.
Incluso, con una buena reparación del pasto que se hizo por 2015-16, la mayoría de los partidos de las selecciones fueron a San Cristóbal, ninguno a Moca o La Vega, por ejemplo.
Ahora que la cancha del Félix Sánchez ha sido dotada de una magnífica alfombra con motivo de la reciente celebración del Mundial Femenino U-17 de la FIFA y aprovechando el salto cualitativo internacional, se aprecia como el momento indicado para enamorar al público Metropolitano para nuestra selección nacional.
La misión de la Federación de Fútbol con este tema va más allá de atrapar el fervor de la fanaticada capitalina, también de su gran prensa (más allá de la publicación de las notas) y de ganarse el respaldo de sus empresas.
Otra tarea de la selección es dar a conocer a la plaza capitalina sus integrantes, porque en mayoría provienen de la diáspora, especialmente de Europa, pues con la excepción de Junior Firpo, con militancia en tres equipos de dos grandes ligas, el resto carece de nombradía. Un elenco nacional sin ídolos es difícil que se gane el afecto de una grande fanaticada.
Dados los factores hasta aquí señalados, haría bien la Fedofútbol con concertar al menos par de partidos de fogueo con selecciones o equipos extranjeros en el Estadio Olímpico antes de que la Merenguera participe por primera vez en julio en la Copa Oro.
Estos servirían como coqueteos en busca de atraer el fervor en general de la más numerosa plaza del país para el equipo absoluto de futbol. Creemos que lo necesita.
Menuditas: Raúl de Tomás no está en el radar de la Selección Española, de Luis de la Fuente. Sería bueno saber si la Fedofútbol ha tanteado al delantero del Rayo Vallecano sobre si le interesa o no integrarse a la nuestra.
Sería una muy buena inyección para la Copa Oro del hijo de madre dominicana.
Por el contrario, nos parece que Mariano Díaz (sin equipo) no ayudaría.–
DiMaggio Abreu
Premio Nacional de Literatura Deportiva 2007, RD
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