La liga rindió un minuto de silencio antes de cada juego este lunes
Santo Domingo.-La Liga de Béisbol Profesional de República Dominicana (LIDOM) expresó su pesar por la muerte, a los 74 años de edad, del comunicador deportivo Roosevelt Comarazamy este lunes en Santo Domingo. A través de un documento de prensa, la Junta de Directores, máximo organismo de la liga, lamentó profundamente el deceso del comunicador que hasta la temporada de 2021-22 formó parte de la cadena de transmisión de los Tigres del Licey. En la liga, también estuvo como fundador de la desaparecida franquicia Caimanes del Sur en el rol de narrador, lo mismo que en los Toros del Este. En honor a su memoria, LIDOM rindió un minuto de silencio antes del inicio de los tres partidos de la jornada de este lunes en Santo Domingo, San Pedro de Macorís y San Francisco de Macorís. “Dios haya tenido misericordia de su alma. Una perdida sensible para el periodismo deportivo del país y muy especialmente para nuestro béisbol, al que dedicó gran parte de su vida con integridad y pasión”, expresó Vitelio Mejía Ortiz, presidente de LIDOM, hablando en nombre de las seis franquicias. “Su partida física genera un profundo dolor humano, pero su legado le hará permanecer por siempre en las mentes y los corazones de quienes le conocieron y trataron”, agregó. Comarazamy fue anunciado reciente como asesor del presidente de los Tigres, Ricardo Ravelo. Fue entronizado al Pabellón de la Fama del Deporte Dominicano en 2019 en calidad de propulsor. Comarazamy tuvo contacto con el deporte a través del baloncesto, actividad en la se destacó hasta ser parte, a los 18 años de edad, de la selección dominicana que participó en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 1966. El comunicador, considerado por muchos como el mejor cronista deportivo de su generación, se graduó de Doctor en Derecho en 1970 en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Su gran pasión fue la comunicación, tanto que llegó a ser profesor de periodismo en la Universidad Central del Este. Hasta el momento de su muerte era considerado un libro de consulta para las nuevas generaciones de cronistas deportivos del país.
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